
Estamos actualmente en una época donde existe una epidemia en las lesiones del ligamento cruzado anterior debido a un aumento en la demanda deportiva a todos los niveles de preparación física que hace que en muchos casos el paciente no tenga las condiciones físicas para que sus rodillas aguanten las solicitudes mecánicas que provoca ciertos deportes como el fútbol, Basket o el esquí entre otros.
El perfil de paciente tipo rondaría la cuarta época de la vida que se reinicia en la práctica deportiva sin estar tonificado previamente muscularmente y ante una demanda articular acaba lesionándose.
Movimientos en valgo o varo forzado de la rodilla con cierto grado de rotación interna o externa generan lesiones tanto de los ligamentos cruzados como meniscos.
Hoy trataremos un tema controvertido como es el uso de aloinjertos de cadáver versus autoinjertos en la reconstrucción del LCA.
Si repasamos en la literatura médica existen diversos artículos que comparan los resultados clínicos y funcionales entre los dos procedimientos.
Estudios retrospectivos entre dos grupos control se evalua la escala de Lysholm II , evaluación clínica y KT-1000 cuestionario.
Existen pocas diferencias significativas entre ambos grupos , con respecto al tiempo quirúrgico es algo menor para el grupo de los aloinjertos, no existen diferencias estadísticamente significativas en la estancia hospitalaria, ni en los resultados clínicos ni en los cuestinarios pre-postcirugía.
Por eso creo que el uso de los aloinjertos de cadáver ( tibial anterior ) es una alternativa razonable en la reconstrucción del LCA y está muy cerca de los resultados de los autoinjertos isquiotibiales