Buenas otra vez isleños, hoy venimos con un intento de educación civil patillera – por así decirlo – en relación a la extendida opción de patearse Formentera en moto. Vaya por delante que en ningún momento queremos desmerecer las habilidades motoriles de los que ya vais rodados con el tema. Sí claro, esos que ya estáis acostumbrados a ir en moto, ya sea porque vivís en una gran ciudad y os movéis como pez en el agua subidos a vuestro scooter o por que, sin ir más lejos, sois moteros desde siempre. De hecho, vosotros los experimentados, entenderéis a la perfección este post, que en realidad va dirigido al que nunca se ha subido a una moto y cuando llega a la isla – por una razón tan desconocida como misteriosa – se envalentona a lo campeón y decide alquilarse un scooter. Por que yo lo valgo, ¡esto está chupao! Pues ya la hemos liado la verdad con esa decisión de ir por Formentera en moto sin tener mucha idea.

Cada verano cuando llega la marabunta nos hacemos la misma pregunta infinidad de veces y en múltiples situaciones: oye cariño, ¿tú crees que ese ha llevado moto alguna vez en su vida? ¿Pero qué hace? ¿lo has visto? Este post no es ningún ataque, es una invitación al sentido común. La siguiente, es una premisa que recomendamos tener en cuenta:

Si nunca has llevado moto, no por estar en Formentera sabrás hacerlo.

Parece lógica, ¿verdad? Pues creednos, en todos estos años de relación isleña que no son pocos, no ha habido ninguno de ellos en que no hayamos visto algo escandaloso encima de dos ruedas. Por eso nos hemos molestado, bromas a parte, a dedicar estas líneas.

No tratamos de enfocar este post hacia el exceso de vehículos en la isla que pone en peligro el delicado equilibrio de Formentera, este sería otro tema a comentar. Lo que sí os queremos transmitir es que hay que ir al loro, y mucho. Y que no por estar en Formentera de repente puedes liarte a circular en moto sin experiencia. Si ya resulta arriesgado para los que tenemos experiencia, más lo es para quien no la tiene, mucho más.

La isla no te da super-poderes y de repente sabes ir en moto. Una cosa es subirte, dar gas y aguantar el equilibrio más o menos dignamente y la otra circular con más gente a tu alrededor. Os parecerá una chorrada, pero es que sucede. La gente se pilla las motos sin haber llevado nunca ninguna de una manera asombrosa. Debe ser un fenómeno paranormal, el miedo desaparece, te envalentonas y de repente vas encima de una moto y ni te das cuenta de que te tiembla el manillar.

Además, no te engañes, no es tan fácil ir por Formentera en moto si tu último recuerdo de las dos ruedas es tu mountain-bike con ruedas desinchadas, cadena oxidada y llena de polvo. Por ejemplo, pillar la curva que entra a Ses Illetes, si vas muy confiado, te puede causar un susto de cojones. Esa mezcla de arena y asfalto antes de pillar el camino que entra al parque natural es muy traicionera y puede suponerte un resbalón antológico. En el mejor de los casos tus colegas se partirán la caja y tú te pasarás el resto de los días de vacaciones motoriles con unas buenas rascadas en las rodillas que te acordarás de ellas cada vez que te metas al agua. Peor es cuando se te llenan las heridas de arena y tienes que rascar. Qué jodienda, ¿no? ¿Te lo has pensado bien? Pues ten en cuenta que si te hace recorrer toda la isla, serán unos cuantos los caminos de tierra que tendrás que comerte con una scooter.

Tenlo en cuenta por favor. Si nunca has llevado moto, pregúntate antes si vale la pena confiarte y contempla la opción de coger una bicicleta o un coche, que con un Corsa también se va de fábula. Es una cuestión de actitud y de pensar también en los demás, a cuantos más inexpertos en moto más en peligro nos ponemos todos. Si aún así decides envalentonarte por que tú lo vales y te pillas una moto en Formentera, sea 50 o 125, te dejamos con unos cuantos consejos que te recomendamos por la virgen de Marc Márquez que cumplas a rajatabla:

  1. No te olvides ponerte el casco y bien atado. De nada sirve llevarlo colgando del manillar o a modo de gorra echado hacia atrás. 
  2. No cargues la moto más de la cuenta. Lleva lo indispensable: tu acompañante, una bolsita de playa y punto. Nada de sombrillas, colchonetas hinchadas ni cosas parecidas. En serio, lo hemos visto y es tan ridículo como peligroso.
  3. Si vais en grupo id en fila. Podéis hablar cuando lleguéis a donde sea que vais.
  4. Si vais en grupo por la carretera principal y con la clásica Typhoon 50 que no tira ni ‘patrás’, seguid en fila y ni se os ocurra adelantar al colega. No lo conseguiréis nunca y estaréis invadiendo el carril haciendo unas risas estúpidas hasta vuestro destino. Mientras tanto, los demás estaremos flipando detrás vuestro con el coche a 40 por hora por la carretera esperando poder adelantar vuestro absurdo pelotón.
  5. Por la carretera manteneros lo más a la derecha posible, pero tened en cuenta que está el carril bici, y os encontraréis bicicletas, runners y peatones.
  6. No te confíes en el reprise de tu scooter (en realidad es una mierda de reprise). Si estás en un Ceda o un Stop a punto de reincorporarte a la vía, no apures y sal con el tiempo necesario. Si tienes que esperar a muchos coches, pues te esperas. No hay prisa. Estás de vacaciones, ¿lo recuerdas?
  7. Repetimos: no hagas carreras y adelantes a tus amiguitos; id en fila por favor de los favores.
  8. No corras por los caminos de tierra. Entre el sol, el polvo y la emoción veraniega lo más probable es que te encuentres con socavones imprevisibles que no habrás visto. El resto te lo contarán en urgencias.
  9. Llegados a destino deja los cascos – mientras puedas – en el cofre de la moto. Si no te caben los dos, te recomendamos que el que sobra te lo lleves encima. Manguis los hay en todas partes por desgracia. (Ahora no hace falta que lo lleves puesto y bien atado en la cabeza).
  10. Evita salir de noche con la moto. Si lo haces, ve con calzado cubierto y algo de abrigo. De hecho, aunque de palo, el calzado cubierto es recomendable de noche y de día si vas en moto.
  11. Evita el efecto Lucía y el Sexo. Que no te invada una sensación romántica con el entorno mientras vas en moto como para hacer maniobras extrañas para fundirte con el cálido viento que acaricia tu cuerpo. Circula en línea recta y mantente así por favor. Para que lo tengas claro, Lucía iba en bici.
  12. Todo lo que tengas que hablar con tu acompañante, hazlo a vuestra llegada. Hemos visto gente girando su cabeza para hablar con el de detrás mientras conduce, e incluso gesticulando! Auténticos campeones haciendo monólogos a dos ruedas, OMG!
  13. Por descontado, no pilles la moto bebido. Las cañitas de mediodía también cuentan listillos. Si has pillado algo más que el puntillo con una vasodilatación voluntaria, espera un rato largo antes de subirte a la moto.
  14. Pon toda la atención cuando te incorpores a la carretera principal o tomes un desvío. Especialmente en el cruce de Ca Marí, allí se juntan muchas posibilidades: un cambio de rasante, los que se incorporan, los que quieren salir y tomar el desvío y los que continúan por la carretera en ambos sentidos. Presta toda la atención y más en puntos así.

En fin, seguro que nos hemos olvidado de un montón de consejos, pero si al menos seguís estos ya estaremos contentos. Por otra parte, un mensajito también para los expertos: no por saber más te puedes confiar, sabemos que lo sabes.

Hagamos entre todos un verano tranquilo y pongamos sentido común.

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