Si estás aquí es porque amas Formentera y, con ella, a sus praderas de posidonia oceánica. Quizás no lo sepas, pero esta planta exclusiva del Mediterráneo es la que regala este azul turquesa a tus ojos cada día cuando sale el sol. Queremos transmitirte aquí nuestro deber por sensibilizarte con una causa ahora ya histórica: la defensa y cuidado especial de la posidonia oceánica de nuestra querida isla de Formentera. No es broma, está en peligro.
Ponte en situación
Acaba de empezar el verano. Es el mes de Junio y acabas de llegar a Formentera. Hueles esa mezcla de mar y tierra. Tienes la piel caliente y andas con calma. Te diriges a esa playa que te enamora. Alzas la vista y se presentan ante ti, generosas, esas aguas de un turquesa cristalino. Te asombra lo maravillosa que puede ser la naturaleza.
A unos cuantos metros dentro del mar divisas numerosas embarcaciones; yates, veleros, rápidas… A todos nos ha pasado por la cabeza alguna vez. ¿Quién será el dueño de ese pedazo de yate? ¿Y de ese otro? Madre mía, cómo viven, no? Pero eres una buena persona, tienes buen karma y la envidia no te corroe, es más, estás en Formentera. Sin embargo, quizás haya algo que escapa de tu atención, eclipsado por tus días de vacaciones que debes disfrutar en calma en tu paraíso particular…
Por una parte, sin darte cuenta, todos esos yates de esloras millonarias se han hecho un hueco en la configuración del paisaje de Formentera que tienes en mente. Sí, forman parte de él y no te has enterado. Pero créenos, no deberían estar allí. O al menos, sin control alguno. Otra cosa que posiblemente escape de tu conocimiento es que un buen número de esos yates estén fondeando mientras arrastran su anclas en plena pradera de posidonia oceánica.
Posidonia Oceánica: ¡esto sí que es vida!
Mientras te preguntas la vidorra que se pega el dueño del yate y sus amigos, otra vida está en peligro. La de la posidonia oceánica desgarrada por anclas pesadas que se pasean todo el verano por la isla. Y tras la vida de la posidonia, va la de la isla de Formentera, la de sus aguas azules, la de los pececillos que las habitan, la del turismo que da de comer, la de los lugareños que viven en la isla. Y podríamos seguir…
Está en peligro hasta tu vida en esos momentos de veraneo, que con tu buen karma visitas la isla cada vez que puedes, respetando su medio ambiente de forma concienzuda cuando ni se te pasa por la cabeza dejar un envase en el suelo y que hasta recoges el de un indeseable que sí lo dejó en medio de la playa. Sí, tu vida puede cambiar sin una Formentera azul, ¿verdad que sí?
La posidonia oceánica es una planta exclusiva del Mediterráneo. Justamente las praderas que ocupan – todavía – grandes extensiones de los fondos marinos del Parque Natural de Ses Salines fueron un factor clave para declarar esa zona Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Tanto por su presencia y extensión como, sobre todo, por su perfecto estado de conservación. Pues queridos seguidores y seguidoras: ese patrimonio se lo están cargando. Justamente los que tienen su barcazo molón y no tú, romántico paseante de playas. La mayoría responsable está en la orilla. La minoría peligrosa está fondeada. Esto nos perturba.
Agua limpia, playas protegidas y biodiversidad asegurada
Para que te hagas una idea, la posidonia oceánica es un amor. Es una plantita tan cojonuda que es capaz de capturar cantidades ingentes de CO2 – ese gas tan nocivo para nuestra atmósfera – para convertirlo ni más ni menos que en oxígeno, lo que nos da vida. Para que puedas entender mejor su buen karma, una hectárea de posidonia es capaz de convertir tanto CO2 en oxígeno como cinco hectáreas de selva amazónica, #oletu.
Esa generación de oxígeno, como podrás imaginar, depura y limpia las aguas, de aquí ese azul cristalino que a tantos mortales nos hechiza. Las praderas de posidonia producen materia orgánica a mansalva dando de comer a miles de seres vivos. Da cobijo a gran cantidad de peces, moluscos y crustáceos. A esto, que sepamos, le solemos llamar biodiversidad, ¿no? Amigos, que no es un tópico, que es la vida. No jodamos, eh?
Y ya fuera del mar la posidonia también es generosa con la costa. Ten en cuenta que no es una alga, es una planta con flor. Así que durante todo el año, aunque mucho más en otoño y en épocas de temporal, deja caer sus finas hojas que la corriente luego arrastra y acumula en las orillas en grandes cantidades evitando la pérdida de arena en las playas. Es decir, mientras pasan otoño e invierno, la posidonia se encarga de que el verano que viene sigamos teniendo esas playas tan azules como cada año. Sí, es un amor de planta.
El informe que nos preocupa
Sinceramente, hacía días que queríamos dedicar el primer post a la posidonia. Pero suele suceder eso de que pasan los días, el trabajo y demás… Pero ayer, retomando las fuentes y localizando otras nuevas sobre las que desarrollar el primer texto dedicado a este tesoro topamos con la información que nos ha hecho poner prisa, mucha prisa a este artículo.
Teníamos la idea de un post más sosegado, amable y menos alarmista, pero viendo el trabajo de Manu San Félix y la consultora de medio ambiente Oceansnell el tono ha cambiado. Hace nada el Diario de Ibiza publicaba la noticia relativa a un informe desalentador. Nos hemos propuesto tirar del hilo y esperamos poder contactar con Manu y otras organizaciones para tener más información. Debemos compartirlo desde aquí. Cuanto más sepamos todos mejor, pero aquí va una avanzadilla de este informe que acaba de ver la luz y que demuestra que el retroceso de la posidonia oceánica en Formentera es una realidad alarmante.
- Desde 2008 hasta 2012 el Parque Natural de Ses Salines ha perdido entre un 16% y un 44% de la posidonia según las zonas investigadas.
- La pérdida real de posidonia se sitúa en 0,59 kilómetros cuadrados.
- La frondosidad de la posidonia cae en picado. En algunas zonas la pérdida de densidad llega al 100%.
- Las tres áreas investigadas (es Racó de s’Oli, Ses Illetes y s’Espalmador – es Trucadors) son las que concentran más barcos fondeados en verano, toma ya. Se trata de una superficie de 3,5 kilómetros cuadrados repletos de jolgorio millonetis irresponsable.
- Se han localizado 209 marcas de garreo de anclas (arrastre submarino del ancla).
- Se han llegado a ver marcas continuas de garreo (desgarro sin piedad del ancla) sobre la pradera de hasta, ni más ni menos, 344 metros de largo. Pero qué demonios hacía el p*** capitán?!
El Turama: la punta del iceberg
Los has visto, tú los has visto en muchas zonas fondeados. Esos yates de gente presuntamente importante que posiblemente están desgarrando una pradera con sus anclas. Para que un yate de estas dimensiones agarre, el ancla debe tocar suelo y ser arrastrada por el fondo marino. ¿Has parado a pensar en la fuerza violenta de un bicho de semejantes esloras?
En Julio de 2011 el yate de un jeque saudí (suponemos) se llevó por delante ni más ni menos que 10.000 metros cuadrados de posidonia con el ancla del Turama, un monstruo de 117 metros de eslora.
El tema causó tanto revuelo que el consulado saudí pidió disculpas a las autoridades alegando desconocimiento de la normativa vigente por parte de su tripulación. Una normativa que está claro no funciona demasiado. Pero el Turama es solo la punta del iceberg de algo que sucede verano tras verano. Aquí tienes el despropósito, en Diario de Ibiza.
¿Y quién se quedará en Formentera?
No sé, juzgad vosotros mismos, pero el tema no va de broma. No hace falta ser biólogo para entender la importancia de éste problema. Solamente hace falta ser buena persona y pensar en el futuro de la isla. Tal y como anuncia el artículo del Diario de Ibiza, si no hubiera posidonia, el color del mar sería ocre y turbio; las playas no tendrían prácticamente arena y la diversidad y riqueza biológica de los fondos marinos sería muy inferior a la actual.
Nada que les pueda preocupar a los de la eslora gorda, que cuando pierdan el interés por Formentera porque las aguas ya no son lo que eran se irán a otra parte. Luego, ¿quién se quedará en Formentera? Tú, que no tienes barco pero sí conciencia y que te dignas a recoger el envase de ese indeseable que lo dejó tirado.
Sinceramente no nos da la gana que los ricos – los que van sin respeto por el patrimonio natural – nos jodan nuestra querida isla con sus barcos. Más claro, el agua de Illetes.
Queremos dejar claro que el fondeo no es la única causa del retroceso de la posidonia, pero sí la más directa y sobre la que podemos actuar de inmediato. No os sorprenderá que el resto de causas que ponen en peligro las praderas también las ha provocado el hombre: pesca de arrastre en fondos inferiores a 50 metros, construcción de diques y puertos donde no toca, vertidos de aguas residuales no depuradas… Incluso el único depredador natural de la posidonia, el “alga asesina” (Caulerpa Taxifolia), fue introducida por el hombre de forma accidental en Europa en 1984. Es tan chunga esta alga que no tiene enemigos naturales y se carga la fauna mediterránea, entre ella, nuestra querida posidonia. Hagamos un inciso también para no herir sensibilidades: nuestra admiración por aquellos patronos, capitanes y dueños que sí navegan las aguas con respeto; otra minoría sin embargo…